30 Sep
30Sep

Escena 1

(El escenario está dividido en una parte superior y una inferior. La inferior está completamente oscura. La parte superior ambienta una terraza de edificio con un telón de fondo que recibe una proyección de estrellas que brillan, con algún avión cada tanto pasando, generando así un cielo nocturno. MIGUEL (52) y JOAQUÍN (25) están sentados en el suelo de espaldas a público, contra la baranda y con las piernas incrustadas en el enrejado, iluminados por luces frías. MIGUEL a la derecha, JOAQUÍN a la izquierda. El sonido ambiente recrea sonidos de una ciudad de noche, tranquila. JOAQUÍN da golpecitos con un cigarrillo de forma rítmica, como marcando una canción que no se escucha. Ambos permanecen en silencio y sin mirarse por un tiempo hasta que MIGUEL apoya su mano sobre el hombro de JOAQUÍN).  


JOAQUÍN - ¿Qué hacés? (Se miran en silencio incómodo. MIGUEL retira su mano.) ¿No me diste un abrazo en 5 años y me lo querés dar ahora? Sos patético, Miguel. (JOAQUÍN prende el cigarrillo. MIGUEL mira hacia las estrellas). 

MIGUEL - No tenés derecho a estar enojado conmigo. 

JOAQUÍN - Tengo derecho, y no estoy enojado: estoy decepcionado. 

MIGUEL - Nosotros acordamos las reglas. 

JOAQUÍN - Me chupan sideralmente la verga las reglas, amigo. Por si no te diste cuenta. 

MIGUEL - Ahora me decís "amigo"... 

JOAQUÍN - ¡Es ironía, Miguel! Ironía, que no sé por qué no sos capaz de entender. ¿Vos te fuiste a revisar la cabeza? ¿Estás seguro que no tenés Aspeger? 

MIGUEL - Siempre tan simpático vos. 

JOAQUÍN - Algo de ironía evidentemente aprendiste. (Se para). (Irónico) Así que, bueno, nada... la verdad me alegra sinceramente haber podido dejar en vos algo de mí en este recorrido. (Hiriente) Algo que espero te ayude a terminar el mundo de una manera mucho menos inocente a la que llevás desde que lo empezaste. (Pausa) Ironía. (Ambos se quedan en silencio. MIGUEL no lo mira). Entonces, eso, abrime y me voy. 

MIGUEL -Yo no dije que quería que te vayas. JOAQUÍN - Ah, no, claro. Me pediste que me vaya de tu vida pero no que me vaya de tu casa, cierto. Dale, decile a tu vieja que ponga la pava y nos tomamos un café los tres. Abrime. 

MIGUEL – (Lo mira) ¿Sabés? Hoy pensaba en las redes sociales como un GPS hacia las personas. 

JOAQUÍN - Bueno a nosotros no nos funcionó muy bien el GPS. 

MIGUEL – Nos dio una dirección. 

JOAQUÍN - A vos te llevó a tu terraza, no es muy lejos me parece. Yo que vos mandaría a revisar ese aparato. ¿Me abrís? 

MIGUEL - ¿Y a vos a dónde te llevó?  

JOAQUÍN – (Pausa) Yo nunca pasé la mesa de entrada, amigo.  (Apagón de la parte superior) 


Escena 2 

(Se enciende la pantalla de fondo mientras se retiran los actores. La pantalla está en blanco y aparecen sobre ella unas placas con texto. Se lee:) 


“En noviembre del 2012 Miguel hizo una publicación anónima:  Busco un amigo. Después de recibir las burlas esperables, obtuvo una sola respuesta positiva.”


(Suena un timbre de departamento. Se apaga la pantalla) 


Escena 3

(Se prende un velador que deja ver a ANASTASIA (70) sentada en una mecedora, sin mecerse, al lado de la mesita que tiene el velador. ANASTASIA tiene la vista perdida. MIGUEL entra por derecha, con un vestuario distinto al de la terraza, y la luz cálida aumenta mostrando así un living antiguo, parco, deprimente, pocos colores. En la izquierda hay una puerta, cerca de ella unos sillones. ANASTASIA al centro-derecha).

MIGUEL - Era el timbre. ¿No? 

ANASTASIA – (Sin mirarlo) Si. Debe ser tu amigo. (Silencio. MIGUEL la mira pensativo. Ella no lo mira). ¿Querés que vaya yo? 

MIGUEL – No, claro. Yo voy. (Miguel se acerca a la puerta y abre. Del otro lado está JOAQUÍN de espaldas, con el mismo vestuario que antes. JOAQUÍN se queda de espaldas unos segundos y luego voltea). 

JOAQUÍN – Me estaba por ir, pero abriste. Así que no sé…  

MIGUEL – Soy Miguel, pasá. (JOAQUÍN entra, MIGUEL cierra la puerta. JOAQUÍN mira la decoración, a ANASTASIA, a MIGUEL). 

JOAQUÍN – (Levanta la mano en gesto de saludo) Joaquín (Mira a ANASTASIA y repite el gesto de saludo pero ella no reacciona). 

MIGUEL – Mi madre es ciega. 

JOAQUÍN – Claro. Ahora entiendo todo.  

MIGUEL - ¿Qué tomás? 

JOAQUÍN – ¿Whisky? Sin hielo. 

MIGUEL – (Decepcionado) Hielo tenemos, pero whisky no. 

JOAQUÍN – Era un chiste, Miguel. Son las 11 de la mañana. (Sonríe incómodo. Silencio) ¿Sabés qué? Esto es poco incómodo para los tres. Señora (Le hace un gesto de saludo) Yo creo que mejor vuelvo, deshago mis pasos, y lo dejamos ahí ¿Te parece? (Miguel se queda en silencio) 

MIGUEL – Pensé que íbamos a ser amigos. Que para eso habías venido. 

JOAQUÍN – Mirá, está todo bien, pero vos y yo no nos conocemos y no tenemos nada que ver evidentemente. ¿Cuántos años tenés? A parte ¿Para qué querés amigos? Nunca son del todo verdad, te aviso. La vida es una gran mentira, loco, y todos la siguen viviendo igual, como si fuera verdad. Sabiendo que es mentira, pero jugando a que es verdad, es una verdad de cartapesta ¿Entendés? Entonces ¿Qué podemos esperar de las personas? ¿Sinceridad? ¿Lealtad? 

MIGUEL - ¿Y vos sos como el resto? 

JOAQUÍN – A veces pienso que soy peor. 

MIGUEL - ¿Y por qué viniste? 

JOAQUÍN – No tengo la menor idea. 

MIGUEL – Entonces tomemos un café para tratar de averiguarlo. Por qué llamé, y por qué atendiste. ¿Querés? 

JOAQUÍN – Un café. (MIGUEL sale por izquierda. JOAQUÍN se queda parado observando el lugar, incómodo, como conteniendo algo. Mira a la inmutable ANASTASIA. Se dirige a la puerta y ANASTASIA comienza a mecerse. JOAQUÍN frena). ANASTASIA – Miguel hizo unos pastelitos. Son ricos. Pero nadie les da mucha importancia. Desde chico que le cuesta acercase a las personas. Pero él sigue intentando. Yo pienso que quizá debería cambiar la receta, que a lo mejor a la gente no le gusta como los hace. Pero él sigue intentando. No sé, a mí me gustan, o será que ya me acostumbré. ¿Te quedás un rato? (JOAQUÍN voltea, la mira) (Apagón)  


Escena 4 

(Vuelve a escucharse el sonido ambiente de ciudad. Se enciende lentamente la pantalla con otro fondo de ciudad. Poco a poco la luz fría de la parte superior ilumina el decorado donde ahora la baranda de la terraza está frente al público. MIGUEL está sentado a la izquierda frente al público, JOAQUÍN parado de espaldas, a la derecha, fuma).  

MIGUEL – Hay demasiada gente en esta ciudad. 

JOAQUÍN – Es una ciudad, Miguel. En todas las ciudad hay demasiada gente. Vivimos en un mundo colapsado ¿Qué pretendés? MIGUEL – Que todo frene en algún momento.

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