Pero te miro y veo

Seguía haciendo zapping con la música aún entrando al vagón. Tuve la suerte de encontrar un lugar vacío al que nadie se acercaba por lo que no solo logré sentarme sino que además contra la ventana. Aunque se tratara de un día tan nublado, era infinitamente mejor que sentarse contra el pasillo. No podía encontrar la canción indicada, pero tuve que dejar lo que tocaba cuando los de atrás se pusieron a discutir. Subí el volumen. Me sentía realmente: afortunada de estar contra la ventana, viendo pasar estaciones y puentes. Aunque a veces gente y hastío. El silencio le quedaba tan bien a ese paisaje… Pero sabía que el celular se le apagaría en cualquier momento y no podría seguir escuchando música. Cuando eso pasara, estaría confinada a escuchar nuevamente todos los ruidos de lo habitual. Gente tosiendo, caminando, vendiendo cosas, amigos discutir. 


[De atrás]

- ¿Vos pensás que yo estoy mal por lo de hoy? ¿En serio pensás que me voy a poner a llorar en medio de la clase por algo así? 


Hice el intento de subir el volumen más de lo que me permitía el aparato. Cuando me di cuenta que no iba a seguir subiendo desistí y miré por la ventana. Qué rápido estaba oscureciendo. Probablemente llegaré de noche otra vez. El celular vibró en mi bolsillo.


[De atrás]

- A mi me pasa otra cosa... - pausa, reflexiona un momento -. Yo estoy en un lugar en el que no quiero estar más y lo único que hago es seguir sacando pasajes al mismo destino. Una y otra, y otra vez. Y vos también, y todos los demás también lo hacen. Te miro, y ya sé lo pensás, que esto es todo un mambo mío. ¿Pero vos no te sentís parte de eso que describo? Si vos también seguís, como el resto, dando vueltas con lo mismo. Haciendo de cuenta que no pasa nada. Pero es siempre el mismo recorrrido, quieras acompañarme o no, estamos de nuevo en este tren. Tenés las zapatillas sucias, el cuerpo cansado y yo también. ¿Y hasta cuándo lo vamos a seguir haciendo?


Comienzo a bajar el volumen de la música y me detengo por un momento a escuchar con mayor atención lo que decían los pasajeros de atrás. Mantengo los auriculares puestos, pero ya no escucho la música. Me inclino hacia atrás y trato de prestales atención sin que se percaten de mí.


[De atrás]

- Yo no estoy diciendo que nos bajemos y destruyamos todo. Pero por una vez podríamos por lo menos dejar de hacer de cuenta que todo está bien, que vamos por buen camino. ¿No te parece? Si lo único que hacemos es intentar llenar todos esos vacíos haciendo un zapping sobresaturado videos, música, series, no solo no vamos a poder ver lo que está pasando de verdad sino que también vamos a cansarnos tanto que no nos podríamos dedicar jamás en pensar estas cosas. ¿Nunca te detuviste a pensar qué sería de las futuras generaciones si nuestra genética se acostumbra cada vez más a pensar menos por todo? ¿O a exigir nuestra energía en cosas que no tienen ningún valor?


En ese momento me quedé sin batería, pero no me enteré hasta mucho tiempo después.


[De atrás]

- Podemos pasarnos la vida así. Y nuestros sobrinos e hijos. Los nietos de nuestros hijos. ¿Qué podría sucedernos si no es lo peor? ¿Y lo mejor que podemos hacer es pensar que porque hoy y ahora estoy bien entonces no importa que todo lo demás se vaya a la mierda porque nosotros no somos parte de eso? ¿Cuánto tiempo puede durar?


Venía siguiendo los carteles de las estaciones, pero no me había dado cuenta que falta tan poco. Entonces me detuve a pensar qué tan mal estaría pasarme una estación. ¿Qué tan tarde podría hacer? Miro el cartel de mi estación pero no muevo un pelo. Así fueron pasando las estaciones hasta llegar a la terminal. Evidentemente uno de aquellos dos tenía mucho qué decir y ningún apuro por bajar. Al igual que yo. Cuando me levanto intento pegarles una ojeada y entonces me percato que aquel chico estaba sentado completamente solo. Su amigo, el que lo había escuchado desde un inicio, se había bajado vaya una a saber hace cuánto. Pero él siguió hablando hasta último momento. Quién sabe si aquel que había hablado tanto no tendría que haberse bajado antes, pero necesitaba ser escuchado y se quedó al igual que ella. Fue recién al verlo a la cara que me di cuenta que todo este tiempo me había estado hablando solo a mí. Creo que quizá él también en un momento se percató de que yo no había estado haciendo otra cosa que no fuera escucharlo solo a él. Por más que ambos hiciéramos de cuenta que hacíamos otra cosa.